martes, 31 de mayo de 2011

La Espera (Parte I)


Hacia una tarde jovial, el sol estaba resplandeciente, los pájaros trinaban, la gente mayor convivía alegremente mediante juegos de mesa, los niños se divertían jugando a las escondidillas, algunos otros preferían las canicas, y otros simplemente optaban por la resbaladilla y los columpios.



Era un parque, lo suficientemente grande como para perderse si no se conociese lo necesario. Todo era un verdor abundante, desde pequeñas plantas y arbustos, hasta los inmensos pinos y algunos entes arbóreos que no variaban mucho entre sí. El viento soplaba tan delicadamente sobre ese verde follaje que al moverse las ramas parecía que los arboles hablaban entre sí, confiando y revelando secretos ocultos por miles de años. El cielo tenía un tono entre grisáceo azulado al cual la gente ya estaba acostumbrada, ya que no muy lejos de ahí se localizaba la fábrica de acero, la cual era la principal fuente de trabajo para la mayoría de las familias y era el orgullo del pueblo, que, aunque siendo pequeño podía jactarse de poseer tecnología reciente, violencia casi nula, a no ser por uno que otro parrandero de fin de semana, que siempre suelen causar molestias y contratiempos en el pueblo, y algún galeno, arquitecto o empresario de renombre a nivel provincias.


La noche comenzaba a surgir, las madres comenzaban a llamar a sus hijos de manera tan entusiasta que era viable realizar una analogía entre las gallinas y sus polluelos y las madres y sus hijos respectivamente; de igual manera los viejos emprendían el retorno a casa, y al cabo  de un tiempo todas las familias y demás personas que le brindaban vida al majestuoso parque se habían desvanecido camino a sus respectivos hogares, y poco a poco el gran gigante de la diversión comenzaba  el parsimonioso trayecto a los dominios de Morfeo; Las aves cesaron su trinar, el sol ya había ocultado su rostro tras un largo periodo de trabajo; el manto celeste tenia ahora un tono mayoritariamente negro, el del astro nocturno, el cual reflejaba de cuando en cuando la luminosidad de su compañero de equipo.


No lejos de ahí, se encontraba una casucha, que al parecer ya tenía cierto grado de antigüedad, esto era evidente, ya que el material del que estaba construida presentaba varias cuarteaduras en la mayoría de su estructura externa, algunos cristales de las ventanas se encontraban ya demasiado deteriorados; el trasfondo de la casa carecía totalmente de trabajo de jardinería; En general, la casa parecía haber sido víctima de un ostracismo holístico, el cual la dejo en tan deplorable estado. Aparentemente este corpóreo receptáculo existencial fue víctima de un destierro, ya que por sentido común, cuando existe un conglomerado de viviendas, es debido a que tienen algún nexo entre sí que las generaliza, ya sea por la localización física, intereses económicos o falta de ellos y demás banalidades de los seres comunes.



De manera que, cuando un complejo habitacional o un simple hueco digno de un ofidio, se encuentran separados del montón, solo puede significar dos cosas: Que sea posiblemente el líder o gobernante de aquellos o simplemente alguien superior ya sea económica, física o intelectualmente o… por las formas conocidas, obviamente, se trata del elemento origen de la disparidad, irregularidad, la inadaptación a algún circulo existencial y por esa razón ha sido sometido a semejante situación.


(El tiempo es irrelevante; así como la existencia es hija del tiempo, la pluralidad de la animación solo alberga la ontogénesis del mimetismo con el tiempo.)


Esta frase estaba escrita con algún objeto punzocortante sobre los bordes de una vieja mesa hecha con la madera de aciagos y poderosos robles; Posiblemente, quien acuño esa frase tenía o carecía de todo sentido.


Muerte, odio, destrucción, pesadumbre, ira, inexistencia, desesperación, inexorable, execrable!)


Todo el interior de la casa estaba decorado con estas palabras, en sangre… escritas. Hermosa ornamentación… para un demente.

                                                                                
 Parte I

("La Espera", Relato de tintes filosóficos y momemtum psicológico.) 

sábado, 28 de mayo de 2011

El Silencio


(En este apartado serán incluidos párrafos, gnomologias y compendios diversos y demás extraídos de “EL SILENCIO”, obra literaria que tiene como objetivo adquirir una mayor comprensión sobre el porqué el ser humano tiene cabida en la existencia y cómo en lo posible es definirla). 


 Extractos de la obra  El SILENCIO” (Autodialéctica holística sobre la percepción y razón de la existencia del ser humano.)


Extractos:

- Si la muerte no fenece en la eternidad, entonces… la vida es la muerte. -

- ¿Quién(es) o Qué me creo? ¿Porqué he sido creado? ¿Cómo fui creado? ¿Cuál es la razón de mi existencia? -



Evidentemente la no suficiente comprensión de nuestro microcosmos y macrocosmos nos produce revelaciones como las anteriormente escritas, en las cuales nos queda claro que en la totalidad de la existencia que el ser humano ha transcurrido en el universo, no ha sido posible terminar por entenderse a sí mismo como unidad y conjunto existencial.